viernes, 4 de abril de 2008

La soprano

El auditorio completo estalló en ovaciones, gritos y aplausos cuando finalizó la obra. A pesar del júbilo generalizado, la soprano sabía que la admiración del público no era para ella. Lo sabía porque desde uno de los balcones del teatro, con envidia y frustración, ella también aplaudía.

5 comentarios:

Martín Franco Vélez dijo...

¡Clap, clap, clap!

Chambón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Esteban Dublín dijo...

Estimado Franco, gracias por tus aplausos y ya sabes que eres bienvenido aquí.

yacasinosoynadie dijo...

esta cargado de un nostalgia extrañisima. Lindo, lindo cuento.

Esteban Dublín dijo...

Mi estimado Jorge, te confieso, con el riesgo de lo que me digan los otros cuentitos, que este es uno de mis favoritos. Sigue pasando por aquí. Estos cuentitos te agradecen siempre que vengas a decirles algo.