lunes, 1 de junio de 2009

Viudas

Lo que le digo, en este pueblo somos todas viudas. ¡Tremendo! Claro que sí. Porque sumercé sabe, una puede ser una mujer correcta, que le guarde luto al marido, pero una cosa es tener principios y otra muy distinta, ser cuerpo glorioso. No hay mujer que aguante semejante sequía, sumercé. Aunque fíjese que Merceditas, la viuda de Domínguez, el mes pasado llegó a los veintiocho años sin hombre. Y Amelita, la viuda de Guzmán, completó dieciocho. Claro, como en todo hay excepciones. La viuda de López, por ejemplo, no aguantó más, le ganó la gana y a los ocho años se fue pa’ otro pueblo. Allá conoció macho. ¡Bendita ella! ¿Qué dice, perdón? ¡Ah! La lluvia, sí. Aquí llueven maridos, sumercé. Pero no duran, ¿no ve? Con la fuerza que caen se vuelven pedacitos. Vea ahí no más un bracito. ¡Comadre, la escoba!

13 comentarios:

Nancy dijo...

¡Santo bendito!

CarolinaVK dijo...

Acabo de empezar la mañana feliz por este cuento.
Buenísimo.

Martín Gardella dijo...

Si llueven maridos, es lógico que no haya hombres. Ellos prefieren vivir en los pueblos donde llueven mujeres. Saludos

Mauricio Duque Arrubla dijo...

¿Y no salpica ni un poquitín al hacerse pedazos?

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Me gustó, Esteban, está muy bueno. ¿Me pregunto si en los otros países de hispanoamérica conocen la expresión Llover a maridos? Si no la conocen (que de verdad lo ignoro)el cuento pierde para ellos la gran fuerza que tiene.

Un abrazo desde mis repost.

yacasinosoynadie dijo...

que puto buen cuento Esteban... me fascina la voz del personaje... wow...

Johan Bush Walls dijo...

Maestro Esteban, este cuento, a pesar que no entiendo la expresión "llover a maridos", tiene algo distinto, es lo que señala el maestro Yacasi, la voz, rompe con la estructura habitual de los cuentitos y eso se me hace refrescante.

Salú pue.

Clara dijo...

Esteban, me ha gustado mucho, aunque tuve que buscar la expresión "llover maridos" que no es utilizada en España. Todos los días se aprende algo nuevo...
Un abrazo,

Esteban Dublín dijo...

Nancy, por favor, haz una oración por las mujeres de Ciudad Viuda.

Carolina, sólo por eso vale la pena haber escrito esete cuentito.

Martín, es un muy buen argumento acerca de la ausencia masculina. Yo haría lo mismo.

Mauricio, tal vez sí salpique lo que creo que estás pensando. Pero a las mujeres no les interesa el final, sino el método.

Alejandro, tal vez en otros países no conozcan la expresión, pero no considero un impedimento para que vean que del cielo puedan llover hombres. Un abrazo para ti también.

Jorge, muchas gracias. Debo confesar que la narradora de este cuento me enamoró a mí también.

Johan, qué bueno lograr ese objetivo. Y con respecto a la expresión, es muy sencillo. Imagínate que del cielo, en vez de lluvia, caen hombres. Un abrazo, mi querido pajero.

Clarita, me alegra que te haya gustado. Los maridos llueven, pero no del cielo, por eso los de Ciudad Viuda se parten en pedazos. La fuerza con la que caen es tremenda.

Anónimo dijo...

No podría vivir en ese pueblo... últimamente sólo tengo cara de amante

Esteban Dublín dijo...

Jajajajajajajajaj. Ay, mi querida Female. Estoy de acuerdo, jamás podrías vivir en ese pueblo.

Anónimo dijo...

HABRÍAS LLOVIDO... Y LLOVIDO... Y LLOVIDO

Esteban Dublín dijo...

Jajajajajaajajajajajajajaja.