Alejandro tiene razón. En estos veranos boreales, no se ven ni la luna ni las estrellas (no hay noche). Por eso es que creo que nos buscamos la una a la otra.
Y, mira tú, cosas de la vida. Estoy de vacas en España y hay una (casi) luna llena preciosa. Amor a segunda, tercera, milésima, millonésima vista.
Me ha dejado un gustito muy rico tu mini. Así pasa cuando sucede :D
Martín, tal vez tu sugerencia sea una idea que debe contemplar Oriana.
Oriana, ha sido un gusto, de verdad que sí. Me ha encantado escribir este mini y debes saber que es el primero de toda la serie de cuentos con nombre propio (vamos por un poco más de 20 ya) que queda en una línea. Un beso grande.
Lector, antes que nada. Publicista. En 2008, realicé el Taller de Microliteratura en La Escuela de Escritores de Madrid. Mis microrrelatos han sido elegidos para componer antologías latinoamericanas, publicados en diferentes revistas impresas y digitales, y premiados en Chile, Argentina y España. En 2010, la editorial Adéer Lyinad publicó mi libro Preludios, Interludios y Minificcciones. Representé a Colombia en el VI Congreso Internacional en Bogotá. Algunos de mis textos han sido traducidos al italiano y al portugués. Daniel Ávila es mi verdadero nombre.
9 comentarios:
En medio de la oscuridad, la luna no podía ver a Oriana, esperó a que amaneciera, pero entonces ella desapareció.
Salú pue.
Hay que ver lo sabia que es la luna... Y Oriana será todavía más astuta??? Abrazos ;-)
Una historia sin fin, felicidades.
No creo que la encuentre en esta época veraniega. Y si la encuentra, un saludo de mi parte.
estoy encantada con este nuevo cuento, le voy a pedir que sea mi date...
Un beso sr. Dublín, uno largo y pícaro
Don Johan, excelente réplica, como siempre. Salú.
Ananda, la luna es tremendamente sabia. Pero creo que Oriana también es más astuta.
Nancy, sin fin (bis).
Alejandro, pero fíjate que últimamente está lloviendo.
Female, un beso de vuelta para usted también señorita.
La luna y Oriana no son la misma cosa? Quizàs debió buscar un espejo. Saludos
Gracias Esteban! Me encantó.
Alejandro tiene razón. En estos veranos boreales, no se ven ni la luna ni las estrellas (no hay noche). Por eso es que creo que nos buscamos la una a la otra.
Y, mira tú, cosas de la vida. Estoy de vacas en España y hay una (casi) luna llena preciosa. Amor a segunda, tercera, milésima, millonésima vista.
Me ha dejado un gustito muy rico tu mini. Así pasa cuando sucede :D
Martín, tal vez tu sugerencia sea una idea que debe contemplar Oriana.
Oriana, ha sido un gusto, de verdad que sí. Me ha encantado escribir este mini y debes saber que es el primero de toda la serie de cuentos con nombre propio (vamos por un poco más de 20 ya) que queda en una línea. Un beso grande.
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