El pastor no lograba explicarse por qué siempre después de las noches de luna llena desaparecía una de sus ovejas y, menos aún, la razón por la que amanecía desnudo, empapado en sangre y cubierto de huesos en medio del rebaño.
Ese pastor debe ser medio lobo, medio burro, porque mira que no lograr explicarse el motivo de su peculiar "albada"...
Es motivo (la anécdota) es muy bueno, Esteban, pero creo que se puede llegar a más. Por lo menos creo que TÚ puedes llegar a más. Tu texto es bueno, no lo dudo, conciso (una sola frase) y rápido, redondo, pero se me hizo un poco previsible. Las tres primeras palabras -creo- ya contienen implícito el relato. Un "pastor bipolar" tiene muchos números de acabar el relato convertido en un licántropo. Aun así, repito, el texto está clavado.
Un saludo.
PD: Para esto servían los comentarios, ¿no, Esteban? Ya me la devolverás. ;)
Ijuela, no muy entendí el comentario de Victor, pero estoy de acuerdo con él, se me hace previsible el relato.
Cada día desaparecía una oveja del rebaño, el pastor no lograba entender la causa.
Nunca se le ocurrió relacionarso con el abando de su esposa, ni con las contínuas quejas de insatisfacción que ella le gritaba al rostro, después de hacer el amor.
Cuando ella se fue, su único consuelo fueron las ovejas.
Víctor, ¡claro que sí! De eso se tratan los comentarios. Te agradezco mucho. Ahora, déjame ejercer la defensa del micro. Considero que lo previsible en un relato tan corto puede ser relativo. Yo realmente quería que el título se convirtiera en el centro del relato por si al terminar de leerlo no quedaba completamente claro. Quise hacer un relato sugerente, de una frase como bien dices, y directo. En todo caso, mi querido Víctor, te agradezco de nuevo tu intervención y te espero de nuevo con tus valiosos aportes.
Johan querido, realmente no veo necesaria la aclaración de por qué el pastor termina siendo un hombre lobo, ya que fíjate que el género del cuento, no como regla por supuesto, generalmente descarta lo secundario y, mucho más, cuentos tan cortos como este. Era un pastor, así de simple, y en la noche se convertía en el mayor enemigo de sus ovejas, las mismas que cuidaba durante el día. Un abrazo y salú.
Samuel, bienvenido por aquí. Me alegra divertirte un poco. Las puertas de esta casa siempre están abiertas. Te espero de vuelta.
Nancy, es un gran halago teniendo en cuenta que prácticamente no te has perdido ni un cuentito. Un beso.
No comments, así es: una tragedia licantrópica terrible.
Bueno, esta vez me ha parecido poco creíble que el pastor no pùeda hilar los dos sucesos, y así entender lo que está ocurriendo. Aunque creo que los bipolares tienen precisamente ese problema, ¿no? ¡Cariños, Estéban!
Lector, antes que nada. Publicista. En 2008, realicé el Taller de Microliteratura en La Escuela de Escritores de Madrid. Mis microrrelatos han sido elegidos para componer antologías latinoamericanas, publicados en diferentes revistas impresas y digitales, y premiados en Chile, Argentina y España. En 2010, la editorial Adéer Lyinad publicó mi libro Preludios, Interludios y Minificcciones. Representé a Colombia en el VI Congreso Internacional en Bogotá. Algunos de mis textos han sido traducidos al italiano y al portugués. Daniel Ávila es mi verdadero nombre.
27 comentarios:
JO!
Buenísimo!
GUAU !
Lapidario...
Un beso.
Muy bueno.
Si me lo permites aquí te dejo la otra cara de la moneda: http://citopiensoluegoexisto.blogspot.com/2009/09/eclipse.html
Muy bueno, como siempre.
un abrazo
Buenisimo este micro! Me parece perfecto, ni una letra de más. Un abrazo
Ese pastor debe ser medio lobo, medio burro, porque mira que no lograr explicarse el motivo de su peculiar "albada"...
Es motivo (la anécdota) es muy bueno, Esteban, pero creo que se puede llegar a más. Por lo menos creo que TÚ puedes llegar a más. Tu texto es bueno, no lo dudo, conciso (una sola frase) y rápido, redondo, pero se me hizo un poco previsible. Las tres primeras palabras -creo- ya contienen implícito el relato. Un "pastor bipolar" tiene muchos números de acabar el relato convertido en un licántropo. Aun así, repito, el texto está clavado.
Un saludo.
PD: Para esto servían los comentarios, ¿no, Esteban? Ya me la devolverás. ;)
Ijuela, no muy entendí el comentario de Victor, pero estoy de acuerdo con él, se me hace previsible el relato.
Cada día desaparecía una oveja del rebaño, el pastor no lograba entender la causa.
Nunca se le ocurrió relacionarso con el abando de su esposa, ni con las contínuas quejas de insatisfacción que ella le gritaba al rostro, después de hacer el amor.
Cuando ella se fue, su único consuelo fueron las ovejas.
Salú pue.
Jajajajaja. Qué bien.
Oh, yo escribí algo parecido ... pero nunca tan bien como lo tuyo.
Excelente cuento, es de mis favoritos
Contundente. Directo. Y algo trágico darse cuenta de que algo pasa y no sabes la razón.
Un saludo indio
Walter, me encanta que te guste.
Sil, en lugar de lapidario diría licantrópico. Un beso para ti.
Alberto, gracias. Vi tu contracara y es una interesante versión.
Campanula, gracias. Un abrazo para ti.
Martín, te agradezco mucho. Te veo muy prolífico últimamente. Me alegra.
Víctor, ¡claro que sí! De eso se tratan los comentarios. Te agradezco mucho. Ahora, déjame ejercer la defensa del micro. Considero que lo previsible en un relato tan corto puede ser relativo. Yo realmente quería que el título se convirtiera en el centro del relato por si al terminar de leerlo no quedaba completamente claro. Quise hacer un relato sugerente, de una frase como bien dices, y directo. En todo caso, mi querido Víctor, te agradezco de nuevo tu intervención y te espero de nuevo con tus valiosos aportes.
Johan querido, realmente no veo necesaria la aclaración de por qué el pastor termina siendo un hombre lobo, ya que fíjate que el género del cuento, no como regla por supuesto, generalmente descarta lo secundario y, mucho más, cuentos tan cortos como este. Era un pastor, así de simple, y en la noche se convertía en el mayor enemigo de sus ovejas, las mismas que cuidaba durante el día. Un abrazo y salú.
Samuel, bienvenido por aquí. Me alegra divertirte un poco. Las puertas de esta casa siempre están abiertas. Te espero de vuelta.
Nancy, es un gran halago teniendo en cuenta que prácticamente no te has perdido ni un cuentito. Un beso.
No comments, así es: una tragedia licantrópica terrible.
Amo los hombres lobo, sobretodo cuando no saben que lo son.
Jilibébula, no saben lo que son y tampoco saben lo que pierden, en especial este.
Qué pastor tan despistado. Una situación un tanto “angustiante”, un tanto “cómica” para el lector por ese hecho cuando termina de leer.
Muchas gracias, Javier. Esa es la idea.
Bueno, esta vez me ha parecido poco creíble que el pastor no pùeda hilar los dos sucesos, y así entender lo que está ocurriendo. Aunque creo que los bipolares tienen precisamente ese problema, ¿no?
¡Cariños, Estéban!
Tú lo has dicho, Lauri. Los bipolares no saben lo que se traen sus otros yo. Besos.
Que buen blog, desde hoy te sigo.
Muy bueno...
Nada como los relatos breves... No cansan la vista y dejan con ganas de más...
Muy bien, Sav, bienvenido
Pues que bueno que te gusten, Quimera. Por aquí encantado de recibirte siempre que quieras.
Me encantó este microcuento Esteban, para mi fue como ver un filminuto tragicómico, muy visual la cosa, saludos!!
¡Qué bueno, querido Rule! Si quieres hacer el filminito, yo encantado.
suele pasarme... jajajaj, buen texto Esteban...
¿Suele pasarte, Jorge? Y bue... aquí también hay espacio para las confesiones.
EXCELENTE! muy bueno.
Gracias, Rodrigo, un poco tarde, pero te respondo.
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