jueves, 22 de octubre de 2009

Cuentacuentos

Un mal cuento inspiró otro cuento. El otro cuento, a su vez, inspiró un buen cuento. El buen cuento gustó mucho y por eso alguien escribió un cuento maravilloso inspirado en él. Pero el cuento maravilloso era tan sorprendente que alguien lo tomó de referencia y escribió un cuento extraordinario. Fue así que un escritor leyó el cuento extraordinario y se basó en él para escribir un cuento increíble: un clásico. Así fue que el cuento clásico inspiró uno extraordinario, y el extraordinario, uno maravilloso, y el maravilloso, un buen cuento, y el buen cuento, otro cuento, y el otro cuento inspiró un mal cuento, y así los cuentos se devoraron entre sí haciendo que las historias se acabaran para siempre.

14 comentarios:

María Isabel Gómez Castillo dijo...

Que bonito.
Curioso juego de palabras cuya intensión cumple su objetivo.
Se puede traspolar bastante bien a otros aspectos, como la amistad, el amor. Despierta la inspiración.
Un abrazo.
Isabel

Walter dijo...

Buenísimo Esteban.
Hacía bastante que no pasaba por acá, me alegra encontrarte tan inspirado como siempre.

Verónica Calvo dijo...

Así es la cadena de la vida, Esteban, todo acaba volviendo a su fuente.
Me gustó mucho este cuentito ^^
Saludos.

Enrique Páez dijo...

Muy buena reescritura, escritura en segundo grado, catoblepas, inspiración-expiración. Felicidades.

Víctor dijo...

Los problemas de la imitatio clásica, Esteban. Hay que libar muchas flores para producir buena miel. De lo malo a lo bueno y de lo bueno a lo malo. Moraleja: de lo malo también se puede aprender.

Un saludo.

Oriana P. S. dijo...

Hacía mucho tiempo que no pasaba por acá. Me alegra mucho haberlo hecho.

Un cuentito excelente, seguro inspirará a un cuento... mmmm, qué vendría luego en la cadena superlativa? :)

Saludos.

Nancy dijo...

Me gustó mucho. Tanto, que me fui al blog agasajado y veo que es un cuento perfecto.
apapach0s

Rebeca Gonzalo dijo...

Es como una cadena alimenticia hecha de cuentos. ¡Qué bueno, Esteban!

Paulafat dijo...

Todo un ecosistema...

Anónimo dijo...

Lindo, la inspiración de un cuento a escribir otro y luego ese otro a otro y todo resulta siendo un círculo... sensacional.

Me gusta tu blog..

Un saludo.

Esteban Dublín dijo...

Isabel, gracias. Me parece interesante tu teoría de que se puede traspolar a otros aspectos. El amor que empezó a ser más grande, más grande, y ya no pudo ser más grande y empezó a decrecer, de tal modo que un día acabó. Me gusta la idea. Creo que la voy a escribir.

Wálter, gracias. Cada vez que vienes es una alegría para mí.

Ananda, fíjate que le has dado una lectura muy interesante que no había visto. Creo que has entendido la esencia del mensaje aún sin que yo me lo hubiera propuesto así.

Enrique, es tu cuento. Aunque creo que no era necesario tanto tecnicismo. Sencillamente es un cuento que después de recorrer su vida volvió a su esencia. Saludos.

Víctor, ¿sabes una cosa? Creo que es precisamente de lo malo de lo que más se aprende. Cuando Edison hacía pruebas para descubrir la bombilla eléctrica decía que no había fallado 100 veces, sino que había descubierto 100 formas que no eran las indicadas.

Esteban Dublín dijo...

Oriana, no te pierdas tanto. Espero que inspire a otro, y a otro, y a otro. Abrazos.

Nancy, tú siempre tan juciosa. Un beso grande.

Sechat, tal cual, uno se come a otro, y a otro, y a otro. Espero, sin embargo, que en la literatura la extinción no llegue jamás.

Pala Labra, un ecosistema literario. Lindo, ¿no?

Candavrali, bienvenid@ a escuchar los cuentitos. Siempre que quieras puedes volver por aquí.

yacasinosoynadie dijo...

pasa en las peliculas, pasa en la veda real, pasa en Los cuentitos de Esteban Dublin, pasa en uncuentoqueandaporahi, pasa en TNT...

Esteban Dublín dijo...

Yo espero que no pase, Jorge. Ojalá haya cuentos para rato.