viernes, 11 de junio de 2010

Huesos

María Cristina Ibarra tiene mil canciones incrustadas en los huesos. Es por eso, tal vez, que disfruta fracturándose. Porque cada vez que uno de sus simientes se quiebra, en lugar de sonar crack, como debería ser, se escucha una composición completa y detallada que deleita sus oídos. Esta noche se espera una tragedia. María Cristina muere por escuchar una sinfonía.

24 comentarios:

josé manuel ortiz soto dijo...

Esteban, que lástima que no le haya alcanzado para una òpera de Wagner.

Verónica Calvo dijo...

No se si vitorear a María Cristina o entonar un requiem :D

Un abrazo y me alegra volver a leerte.

Maite dijo...

Permíteme que aplauda. Me ha encantado, musicalidad, grafismo y maestría.

Felicidades.

Un ABRAZO

Propílogo dijo...

Muuuy bueno. Musical, literario... Uno de esos relatos de los que apetece saber qué lo inspiró.
P.

Víctor dijo...

Sí estuvo bien, Esteban. La idea es buena.

Un saludo.

Claudia Sánchez dijo...

María Cristina Ibarra ha de ser importante para inviertas 5 palabras en Ella.
Original amigo!
Saludos!

David Moreno dijo...

Bueno Esteban, se te echaba de menos con tus cuentitos.

Un saludo indio (qué será eso grande... ya os vale ya)

Campanula dijo...

Cris es una persona hermosa, que buen micro le haz hecho.
un abrazo

Gabriel Cruz dijo...

Bonita historia, final trágico aunque no dudo que habrá disfrutado de la música antes de fallecer :D

Anónimo dijo...

El micro suena bien, tiene ritmo, musicalidad... Felicidades.

María Cristina Ibarra dijo...

Esteban, tu cuento me ha conmovido profundamente. ¡Me ha encantado! Una gran metáfora, qué buen regalo. No tengo palabras. Gracias.

Zarache dijo...

Su blog. Tu blog. El cuento. Todo me agrada.

Martín Gardella dijo...

Me gustó. Debe ser agradable conocer a esa mujer musical. Lástima que viva enseyada. Un abrazo

Juan Vásquez dijo...

Si Maria Cristina tiene la música en los huesos me pregunto: ¿dónde tendrás tus micros?.
felicidades!

Alís dijo...

Fantástico cuento. Me gustó mucho.
Ya echaba de menos tus cuentitos.

Un beso

Gabriel Bevilaqua dijo...

¡Qué buen final!

Saludos.

Salomé dijo...

Genial.

Encantada de conocerte,
Salomé

Psic. Liliana Castro Morato dijo...

Si, un placer encontrarte...

Elo dijo...

Buen regreso! Ya extrañaba tus cuentitos!

David Baizabal dijo...

Qué tal si "Esta noche se espera una tragedia. María Cristina muere por escuchar una sinfonía." lo sintetizas en "Esta noche María Cristina espera escuchar una sinfonía"


Muy bueno, Esteban

un abrazo

Esteban Dublín dijo...

José Manuel, quién sabe si no le alcanzó... Tiene muchos huesos.

Ananda, puedes hacer ambas. A mí también me alegra volver a leerte.

Maite, exageras... Sin embargo, gracias.

Propílogo, lo inspiró Maria Cristina. Puedes acceder a su blog haciendo clic en su nombre.

Víctor, y bueno... Coincido, la idea. Posiblemente la narrativa hubiese podido estar mejor.

Esteban Dublín dijo...

Claudia, no sé cuáles son las cinco palabras o me fallan las matemáticas. Un beso para ti.

David, y yo los echaba de menos a ustedes. Gracias por venir con tanta alegría.

Campa, veo que la conoces, cosa que me alegra aún más si es que te gustó.

Gabriel, que disfutó... Eso no lo dudes.

Alberto, no sé si tanto. Insisto en que puede estar mejor escrito.

Esteban Dublín dijo...

María Cristina, me alegra muchísimo tu apreciación y tu retroalimentación. Sabes que los cuentitos te esperan ansiosos para que los leas.

Zarache, gracias. Bienvenido.

Martín, coincido contigo en el colmo de María Cristina. A la larga, no hay mujer perfecta...

Juan, te respondo: en el alma.

Alís, muchas gracias. Yo también quería verlos de vuelta y me entusiasma como están regresando.

Esteban Dublín dijo...

Gabriel, viniendo de ti, me siento muy honrado. Gracias.

Salomé, bienvenida a leer los cuentitos. Siempre que quieras, esta puerta estará abierta.

Liliana, lo mismo digo.

Quimera, gracias por la bienvenida. Me entusiasma ver tanta acogida.

Baizabal, atiendo tu sugerencia, pero creo que la palabra que quitas, es vital para la comprensión del relato. En todo caso, gracias.