viernes, 14 de octubre de 2011

502

En el quinto piso de mi edificio, habita un fanático de la música. No me molesta, en serio. La verdad es que lo admiro: mi vecino del 502 canta cada día de acuerdo con su estado de ánimo. Y canta muy bien. Por eso me gusta tanto pasar al lado de su apartamento para saber cómo se encuentra. Hace unos meses, por ejemplo, cantaba nervioso ¡Oh, qué será! de Chico Buarque. A la semana siguiente, fue La bilirrubina de Juan Luis Guerra y luego lo escuché cantando La felicidad que se hizo famosa en la voz de ‘Palito’ Ortega. Sin embargo, su estado de ánimo decayó. Te olvidaré, nadie te amará como yo, lárgate y déjame eran algunas de las estrofas recurrentes que escuché durante las siguientes semanas. Desde que lo conozco, el ciclo siempre es el mismo. Días atrás, me topé con él de nuevo. Iba con una linda muchacha que no fue indiferente a mi mirada. Últimamente, he buscado canciones que hablen de venganza en contra algún vecino. Afortunadamente, aún no encuentro ninguna.

2 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¡Muy bueno, Esteban!

De estar en el lugar de tu protagonista, comenzaría a buscar piso en cuanto le oyera cantar: "¿Y como es él? ¿En que lugar se enamoró de ti?...

Un saludo divertido.

Esteban Dublín dijo...

Gracias, Pedro. Quizás, quizás, quizás.

Abrazos.