viernes, 7 de octubre de 2011
Duelo en alta mar
La previa del alba impide divisar con claridad la disputa presentada en las lejanías de la costa. El pez ha mordido el anzuelo, pero una fuerza sobrenatural entorpece la labor del marino, que gira la caña sin darse un respiro. Cuando el pescador cree tenerla dominada, la bestia arrecia con ímpetu hacia las profundidades y cuando el gigantesco cetáceo intuye que será libre, la firmeza del anzuelo lo arrastra hacia la superficie. Horas de intensos forcejeos, derivan en la escena final del enfrentamiento: el pescador tendido sobre su barca, agotado y adormecido sin poder ver el producto de su pesca, y una robusta sirena tiritando sobre la madera, mientras el amanecer le va arrancando el último aliento.
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4 comentarios:
Me gusta la estructura, pero, con respeto, creo que hay que replantear los conceptos de pez y cetáceo.
Hola, Sanders. ¿Por qué crees eso?
me refiero a que los peces no son cetáceos.
Son diferentes, Sanders, pero es posible encontrar a ambos en una lucha marina, ¿no te parece?
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