lunes, 12 de diciembre de 2011

Uvas

Este año no se me concedió ninguno de los deseos que pedí. En todo caso, me engullo las doce al son de las campanadas. Ahora creo más en la prohibición del médico ante el fatal efecto que me producen las uvas que en el agüero.

4 comentarios:

Verónica Calvo dijo...

Ya le vale... si sabe que le van a sentar mal... más le hubiera valido tocar madera.

Abrazos

(me reí... ya me vale)

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Testarudez en esencia.

Me has hecho reír, pensando en aquellos que conozco y que encajan como un guante en tu protagonista.

Un saludo.

Daniel Sánchez dijo...

Gran giro.
Muy bueno Esteban,

Esteban Dublín dijo...

Este año volveré a comerme las 12 uvas. Ananda, Pedro y Daniel, muchas gracias por pasar.