Preso aún de los sueños eróticos, suele sucederme que horas previas a la madrugada, me imagino amando a una mujer distinta a la que duerme conmigo. Los roces suculentos, las caricias atrevidas, los besos prohibidos. En pleno goce quimérico debajo de las sábanas, me despierto replicando los movimientos que ejecuto en mis sueños. Es así que la oscuridad de mi habitación se ha terminado convirtiendo en testigo presencial de una realidad que segundos u horas antes, no lo sé ya que me es imposible determinar el tiempo exacto de los sueños, solo sucedía en mi imaginación.
Ahora mi esposa no se me insinúa en las noches como solía hacerlo años atrás, pero sí he llegado a escucharla rezando entre murmullos, rogando para que vuelva a soñar esa noche, así no sea su nombre el que pronuncie.
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6 comentarios:
Qué triste...
Mejor cada uno por su lado.
Algo se ha muerto. Que descanse en paz.
Fantasías inconfesables
Creo que estoy de acuerdo con Verónica, aunque temo hacer un juicio precipitado. No sé.
Me atrevo a hacerte una pregunta, Esteban. ¿La primera palabra, no sería mejor en masculino?
Un abrazo,
En algunos casos hay uno que se resiste al inminente final y quiere aún tener la cercanía del otro/a a toda costa. Seguramente es el que más amó.
La monotonía acaba con todas las pasiones. La mujeres, a pesar de que se acabe, siempre mantenemos la esperanza de que nos quieran. Un abrazo.
Verónica, el amor se muere, pero no es mi caso. Sí el de mi personaje. Un beso.
Mei, ¿te atreves con las tuyas?
Pedro, no es masculino, porque el texto se refiere a que soy presa de algo, como si me hubiera atrapado; no preso, como si estuviera enjaulado. El personaje es presa de los sueños eróticos, no preso de ellos.
Roberto, antes que nada, bienvenido a escuchar los cuentitos. El amor es indescifrable e interminable. Un tema que da para todo.
Mar, hablas por las mujeres, pero habrá una que otra que te presente su debate. Yo, por mi parte, agradezco tu visita. Un beso.
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