Walter, mmmmmmm, eso sólo lo puede decir aquel(lla) que se haya quedado esperando. Pero por lo que conozco, podría decir que no. Sólo esperaba el tren pasara, pero por exigente se quedo en soledad.
Sil, si no quieres, no te pasa. Un beso para ti.
Lucía, al amor hay que agarrarlo cuando aparece. Eso de ponerse con pendejadas de ver a ver si es o no es no vale la pena. Hay que entrgarse con todo y si no funciona, pues empezar de nuevo.
Ananda, eso también pudo pasar. Exprimida de tanto vivir. Eso, a la larga, es mejor que podrirse esperando.
Víctor, ¡muchas gracias! Ni siquiera me había dado cuenta que eran seis palabras.
Martín, pues gracias, hombre. Siempre feliz de que pases.
Nightwriter, sí, a lo mejor. Si fue así, bien hecho. ¡Por cobarde!
Tereza, gracias. Muchas gracias.
Nancy, yo esperaría que no sucediera. Silvio Rodríguez bien dice: "La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores o a historias, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar". Yo estoy de acuerdo con él.
Venus, pues entonces bienvenida. Estas puertas siempre estarán abiertas de par en par.
Fernando, no creas. Hay hombres también que se quedan esperando. Unos cobardes enormes.
Sr. Dublín, me encantaría contarle la historia de el hombre que perdió a la mujer de sus sueños por no romper el hielo. Lo oí cuando estaba en el colegio. Un beso
Este cuento me fascinó. Me dió una idea tan gráfica que lo de pudrirse lo vi claramente. Claro, si te sentís incompleto, como una naranja partida a la mitad, a menos de que estés en el congelador y cubierto con el plástico que se usa para cubrir los alimentos, que no recuerdo cómo se llama, pues te dañás, es inevitable. Qué nivel, don Esteban! Máximo!
Mientras buscaba su otra mitad, debio buscar tambien su otro cuarto y quizas a este si lo encontraba, aunque el amor no se busca, el amor siempre llega. un abrazo
Lector, antes que nada. Publicista. En 2008, realicé el Taller de Microliteratura en La Escuela de Escritores de Madrid. Mis microrrelatos han sido elegidos para componer antologías latinoamericanas, publicados en diferentes revistas impresas y digitales, y premiados en Chile, Argentina y España. En 2010, la editorial Adéer Lyinad publicó mi libro Preludios, Interludios y Minificcciones. Representé a Colombia en el VI Congreso Internacional en Bogotá. Algunos de mis textos han sido traducidos al italiano y al portugués. Daniel Ávila es mi verdadero nombre.
30 comentarios:
Espero que la búsqueda haya implicado un proceso de prueba y descarte, al menos.
Grande Esteban.
Naranjas!!
que te has lucido en éste...
Espero que no me pase.
BESO.
No se puede vivir en espera, en latencia. Quizá el amor que comenzó siendo uno más, termine siendo el anhelado.
Un saludo!
Vaya!!! es lo que tiene andar buscando, que nada suele venir bien. También pudiera ser que la hubiera encontrado exprimida. Saludos, Esteban.
Total, Esteban, total. He leído unos cuantos por ahí en seis palabras, y el tuyo está en el Top 5. Muy bueno.
Saludos lelos!!!
Seis palabras. No hace falta más!
A lo mejor, esa otra mitad estaba tan cerca que nunca la vió...
Muy bonito relato Sr Esteban, re-cortito pero sustancionso...
Una saludo!!!
Me fascinan tus cuentitos. Eres definitivamente mi favorito!
Suele suceder. Excelente cuento.
Campanula... Jejeje, hoy conozco algo más de ella.
Y empiezo a conocer un maravilloso escritor.
Saludos, que buen cuentito!
A veces por ser muy exigentes, el tiempo nos gana.
¡Muy bueno!
Conozco gente así, pero la mayoría son mujeres, se quedan toda la vida esperando a su media naranja.
Saludos
Walter, mmmmmmm, eso sólo lo puede decir aquel(lla) que se haya quedado esperando. Pero por lo que conozco, podría decir que no. Sólo esperaba el tren pasara, pero por exigente se quedo en soledad.
Sil, si no quieres, no te pasa. Un beso para ti.
Lucía, al amor hay que agarrarlo cuando aparece. Eso de ponerse con pendejadas de ver a ver si es o no es no vale la pena. Hay que entrgarse con todo y si no funciona, pues empezar de nuevo.
Ananda, eso también pudo pasar. Exprimida de tanto vivir. Eso, a la larga, es mejor que podrirse esperando.
Víctor, ¡muchas gracias! Ni siquiera me había dado cuenta que eran seis palabras.
Martín, pues gracias, hombre. Siempre feliz de que pases.
Nightwriter, sí, a lo mejor. Si fue así, bien hecho. ¡Por cobarde!
Tereza, gracias. Muchas gracias.
Nancy, yo esperaría que no sucediera. Silvio Rodríguez bien dice: "La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores o a historias, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar". Yo estoy de acuerdo con él.
Venus, pues entonces bienvenida. Estas puertas siempre estarán abiertas de par en par.
Fernando, no creas. Hay hombres también que se quedan esperando. Unos cobardes enormes.
Ah, Javier, se me olvidó contestarte: perdón. El tiempo no nos gana. Nosotros somos los que dejamos pasarlo. Un abrazo y siempre bienvenido por aquí.
Sr. Dublín, me encantaría contarle la historia de el hombre que perdió a la mujer de sus sueños por no romper el hielo. Lo oí cuando estaba en el colegio.
Un beso
Este cuento me fascinó. Me dió una idea tan gráfica que lo de pudrirse lo vi claramente. Claro, si te sentís incompleto, como una naranja partida a la mitad, a menos de que estés en el congelador y cubierto con el plástico que se usa para cubrir los alimentos, que no recuerdo cómo se llama, pues te dañás, es inevitable. Qué nivel, don Esteban! Máximo!
Ana, estoy atento. Cuéntamela.
Sandra, eso de estar buscando y buscando el amor es una mentira, porque el amor es el que nos encuentra. Hay que dejar que llegue. Un abrazo.
Ouch...
de nuevo tengo que escribir: pasa en las películas, pasa en la vida real, pasa en TNT...
Mientras buscaba su otra mitad, debio buscar tambien su otro cuarto y quizas a este si lo encontraba, aunque el amor no se busca, el amor siempre llega.
un abrazo
Julibelula, qué dolor, ¿no?
Jorge, y yo siempre encantado de que vuelvas al papel.
Campa, tú lo has dicho.
jajaja, buenísimo.
¡Miren quién volvió! Maggie, qué gusto tenerte por aquí de nuevo. Un beso grande.
Y es que eso del príncipe azul es una utopía.
Sechat, sí es una utopía, pero hay mujeres que lo siguen esperando. Y ya sabemos qué es lo que pasa: se pudren esperando.
¡Pobre media naranja!
Muy bueno, seguiré leyendo tus cuentos.
Naida, cuando quieras. Estas es tu casa.
lo peor es cuando algunos encuentran un medio lim'on y es muy tarde ya cuando se dan cuenta.
Bien dicho, Marco. Abrazos.
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