lunes, 12 de octubre de 2009

Misterio de carreteras

—¡Discúlpeme, señor! —grita una mujer asomándose por la ventana de su carro mientras lo va orillando—. Estoy buscando el pueblito ese donde la gente no tiene nombre…
—Claro, mi doña —replica un viejo acercándose para escucharla—. ¿Qué quiere saber?
—Todo… —sentencia ansiosa la mujer.
—Pues todo, todo, no lo sé —interrumpe el viejo—. Pero le puedo decir lo que he oído.
—Por favor…
—Imagínese que allá la gente se llama por lo que hace. El alcalde actual, por ejemplo, es ‘el alcalde que es hijo del senador’ para diferenciarlo del anterior. El mejor panadero es ‘el de la panadería de la tercera calle a la izquierda desde la plaza’, diferente al de la competencia, que es ‘el señor de la panadería barata’. ¿Me entiende?
—¿Y todos se llaman así? —pregunta incrédula.
—Claro, mi doña —interrumpe el viejo—. No es tan difícil como parece…
—Eso tengo que verlo —dice sonriendo la mujer—. ¿Cómo llego?
—¿Como que cómo llega?
—Sí, señor —dice ofuscada—. ¿Cómo llego hasta allá?
—Usted es igual que el resto —replica molesto el viejo—. ¿Cómo quiere llegar a un pueblo si ni siquiera sabe cómo se llama?
—¿Y cómo se llama?
—¿Qué cosa, mi doña?
—El pueblo ese…
—Ese tampoco tiene nombre.

12 comentarios:

Walter dijo...

Copado Esteban. Está bueno que cuentes todo en un diálogo y no con una narración detallada del pueblo y sus características. Bien ahí!

maggie mae dijo...

muy bueno!
y ya actualicé lírica lúdica por si quieres pasar.

Nancy dijo...

Me entretuviste con una sonrisa ininterrumpida.
Apapachos

Víctor dijo...

Ágil, gracioso, misterioso, con suspense.. Bien por éste, Esteban.

Un saludo.

Esteban Dublín dijo...

Qué curioso. Este es uno de mis cuentos favoritos de toda la historia y hasta ahora ha sido el de los menos comentados.

Esteban Dublín dijo...

Walter, fíjate que originalmente lo tenía como un lugar con detalles, pero gracias a la sugerencia de Sergio Gaut vel Hartman este fue el resultado que, por cierto, me dejó muy, muy contento.

Maggie, ¡gracias! Un beso.

Nancy, qué bueno. Me parece muy bueno soltarte una sonrisa. Un abrazo.

Víctor, yo creo lo mismo, mi amigo. Tus palabras siempre precisas. Gracias. Abrazos.

Anónimo dijo...

Sorpresa en cuento no tan micro como nos tenés bien acostumbrados. Me gustó!!! Entretenido de principio a fin, muy ingenioso.
¡Cariños!

Esteban Dublín dijo...

Lauri, fíjate que sí es bien corto: tiene apenas más de 200 palabras. Lo que sucede es que no es tan corto como otros. Me alegra que te haya gustado. Un beso.

Oriana P. S. dijo...

¡¡Este cuento me ha encantado!!
Clap, clap, clap, Dublín :)

Esteban Dublín dijo...

Gracias, Oriana. De verdad que viniendo de ti, me siento muy halagado.

Anita Dinamita dijo...

Ja ja, sin duda este hombre es el encargado de guiarnos a Wínnappu!!!
Un abrazo

Esteban Dublín dijo...

Bien dicho, Anita. Si alguien quiere llegar a Wínnapu, y vaya que yo quiero llegar, este es el guía indicado.