viernes, 4 de febrero de 2011
Secret Garden
A diario, una pequeña solía escribir cuentos en papelitos sueltos. Cuando terminaba, se dirigía al jardín de su casa y, advirtiendo que nadie la siguiera, escarbaba en la tierra para enterrar el papelito. Cierto día, escuchó un grito desesperado de su madre. Al salir, sonrió levemente. Afuera, un árbol de libros se imponía en medio del jardín.
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12 comentarios:
Marialuisa se pondrá contenta.
Un abrazo, Esteban
Me encantan estos homenajes tan bonitos! No conocía ese jardín, a ver si saco un ratito para pasear por él.
Un abrazo
Que bonito!!!
me ha encantado Esteban,
muchisimas gracias :D
un beso
Joder... Jajajajaja. Después te muestro un cuento y me decís que pensás, claro que lo mío no son los breves.
Definitivamente: todo está ya escrito.
Un abrazo.
Como debe ser. A los árboles les pedimos la pulpa para hacer papel. Era cuestión de tiempo que nos hicieran puente.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Este cuento va a triunfar. He dicho.
Que tierno, yo enterraba conchas de mar, pues queria la playa en mi casa.
Sera que yo tambien pudo tener un Arbol de libros??
Un beso.
Esteban.
Todo surge de las ganas de plantar. Buen micro, Esteban.
Dicho sea de paso que hice una pequeña alusión a uno de tus cuentitos en mi modesto blog.
http://setecayoelprismadelasmanos.blogspot.com/2011/02/siempre-me-dejas.html
Párrafo 4, precisamente. Un saludo desde Barranquilla.
Torcuato, eso espero.
Anita, a mí a veces no me encantan tanto, lo repito. Es un reto semanal bien complicado.
Marialuisa, me alegra mucho que sea de tu agrado. Besos.
Lucas, no te extrañe. Me gustaría ver tu cuento. Y tranquilo, que a mí también me ha pasado.
Pablo, cómo me gustaría salir algún día a mi jardín y ver que lo que florece es un árbol de libros.
Tomás, gracias, pero no es un cuento. Es un microrrelato.
Angelita, si enterrabas conchas, tal vez lo que te salga sea un tritón. Besos.
Skyline, muchas gracias por la mención. Si te gustó el primero de Pegaso, te invito a que te mantengas atento, porque en la serie Zooilógico tengo una nuevo microrrelato también referido al caballo con alas.
¡Hombre, que bello cuento!
Gracias, Koko. La literatura se siembra.
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