lunes, 27 de febrero de 2012

Lunes

Todos los atardeceres dominicales, un esfuerzo universal concentra su energía en la detención del tiempo para que el lunes no llegue. A eso se deben la opacidad de las tardes y los visos de lluvia del domingo. A pesar del empeño y el deseo colectivo, el sol siempre se pone al día de la Luna.

6 comentarios:

Mei Morán dijo...

Y sí, monday bloody monday!
Saludos lunáticos

Rosa dijo...

Por mucho que nos empeñemos el lunes siempre llega...

Besos desde el aire

Angela María dijo...

Tan cierto...

Un beso.

Elysa dijo...

¡Vaya si llega, vaya!

Besitos

Gemma dijo...

Aviso muy serio para tu personaje:
Haz el favor de no enredar las tardes de los domingos en adelante... :-)
Besos!

Esteban Dublín dijo...

Veo que, como yo, todos detestamos los lunes y sus efectos. Gracias, queridos pasantes: Mei, Rosa, Angelita, Elysa, Gemma.

Recibo encantado esa solidaridad femenina.