miércoles, 24 de marzo de 2010

Poscuento

Luego de engañar a su novia y sufrir por su abandono, el muchacho acudió a su padre para que le fabricara un corazón de madera, resistente a las penas de amor. Sin embargo, el tiempo que llevaba sin visitarlo le había hecho olvidar lo viejo que estaba. Ahora sufría de párkinson, razón por la que había estado obligado a dejar la carpintería. Y lo peor, el joven mentiroso ya no contaba con grillos ni con hadas madrinas que pudieran ayudarlo a remediar ese dolor.

18 comentarios:

Isabel Mª dijo...

El personaje de Pinocho me produce muchaa ternura...¡Es tan imperfecto!¡Tan humano!. Nunca hay que distanciarse de los grillos y mucho menos defraudar a las hadas madrinas.

UN beso Esteban, me gustó. Yo tengo dos con temática Pinocho

"¿Qué te pasa Pinocho?"
"Cuando los sueños se acaban"

Si te apetece, pasa por casa, un te calentito, y los lees.

Alís dijo...

Y yo que sospecho que ya tenía un corazón de madera...
Beso

Verónica Calvo dijo...

Cada cual se crea su futuro con sus acciones diarias.
Y ahora, que piense...

Un abrazo, muy bueno.

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

creo que está maravillosamente estructurado. Y que como de costumbre, tus evocan mucho y no te dejan indiferente.

Claudia Sánchez dijo...

Un honor tu visita Esteban. Yo sí había asomado mi nariz por aquí, pero me retiré silenciosamente, como de un santuario.
La reescritura de los clásicos es uno de los recursos que más me gustan de los microrrelatos. Creo que es la forma más fácil de que la gente pueda comprenderlos.
Saludos!

Manu Espada dijo...

Tu cuento me ha recordado a un libro que leí hace tiempo (no me acuerdo del título) y que consistía en contar las historias de los cuentos retomándolos desde su final clásico. Recuerdo que la cenicienta estaba divorciada del Príncipe Azul por la rutina y cosas por el estilo. Muy divertido.

Juli González dijo...

Esteban,
Estos días estoy de paseo por los lugares que visitaba cuando todavía vivía en el ciberespacio, el que abandoné hace ya varios años.
Pero estoy de vuelta y he buscado a los viejos amigos y me ha gustado saber que todavía siguen aquí tus microrelatos! Qué bien! Volveré a pasarme por aquí, ahora que he retomado. Un abrazo.

Víctor dijo...

Me costó a la primera, y me despistó el título, pero al fin lo pillé. Ando lento últimamente.

Un saludo.

Mauricio Duque Arrubla dijo...

El grillo y el hada están viviendo con Wendy la de Peter Pan. ya ninguo cree en cuentos de hadas

María Isabel Gómez Castillo dijo...

Un cuento con una profunda moraleja. Además de filosófico. Bueno Esteban.
Isabel

Acuática dijo...

Ains, pobre Pinocho... Aunque casi me da más pena Geppeto.
Un saludo Esteban!

Esteban Dublín dijo...

Isabel, a mí también me produce fascinación Pinocho. Bien lo dices, es ¡tan humano! Aquí, el poscuento narra, precisamente, esa humanidad y ese dolor irremediable del amor.

Alís, ya tenía otro corazón y por más que quiso volver a su origen, era demasiado tarde.

Ananda, quería ser humano, luego quería ser muñeco.

Daniel, gracias por tus comentarios. Siempre son muy halagadores, aunque no siempre traen un puntaje.

Claudia, ¿cómo dices eso? Esta casa es tuya, siempre que quieras a venir a hablar puedes hacerlo sin ceremonia alguna. Es un honor tenerte por estos lares. Me interesa mucho conocer tus opiniones acerca de mis micros. Un abrazo grande.

Esteban Dublín dijo...

Manu, esa idea que me cuentas en tu comentario me seduce profundamente. ¿Recuerdas cómo se llama el libro? Me gustaría tenerlo para leerlo. Abrazos.

Juliana, no sabes la alegría tan enorme que me da verte por aquí, en esta, tu casa, aunque hace tanto tiempo no pasaras ni dejaras un pedacito de tus opiniones que son tan valiosas para mí. En todo caso, aquí estás, y eso es lo que vale. Sabes que puedes venir cuando quieras.

No, Víctor, apuesto que me tomas del pelo. No es para releerlo muchas veces, ni mucho menos. Un abrazo.

Ah, Mauro, Peter Pan, otro de los personajes que me seduce. Barrie es un genio en mi concepto al crear un personaje que no crece y que además pelea con su sombra. Es un referente que se ha copiado incansablemente.

Isabel, los cuentos de hadas no existen en la posteridad, pero te digo: ¿qué más quisiera yo?

Acuática, Geppeto es un hombre tan bueno que resulta tremendamente ficticio, lejanamente humano, todo lo contario a su hijo.

Esteban Dublín dijo...

Amigos míos, estaré un poco ausentado durante estos días siguientes, pero comenten todo lo que quieran que sabré responder oportunamente a cada uno. Abrazos y envíenme toda su energía que viviré 4 días muy intensos.

Angela María dijo...

Que cuento tan presioso...
cuantas veces no tenemos corazon de madera,o tan frio como el cristal, solo para no sentir??

besos..

P.D: Que el universo te conseda en estos dias todas las energias que necesitas 4.

Martín Gardella dijo...

Esteban, Pinocho es un personaje que me encanta traer a los micros (de hecho, creo que tengo 3 sobre él). De todos modos, este poscuento es genial. Nunca había podido imaginar un Pinocho adolescente, hasta hoy.
Suerte en tus 4 días locos! Un abrazo

Manu Espada dijo...

Esteban, no recuerd el título, una pena. Se escribió hace ya unos años. Buscaré en google, y si lo encuentro te lo comunico.

Esteban Dublín dijo...

Angela, tus deseos se hicieron realidad. Fueron maravillosos estos cuatro días. Tienes razón con respecto al corazón de madera que nos ponemos para no sentir.

Martín, he leído tus cuentos de Pinocho, y fíjate tú que me gustaron mucho. Me alegra que te entretenga esta versión.

Dale, Manu, espero el dato.