viernes, 22 de octubre de 2010

Dancística

Ángela Maria ha dejado de usar la lengua para comunicarse a través de la danza. A lo largo de los años, ha perfeccionado su técnica, de la que ha hecho un idioma con abecedario, palabras nuevas, abreviaturas y todo lo que un lenguaje implica. Con el tiempo, incluso, un movimiento se ha especializado en la dancística y su estudio requiere, como todo idioma, años de aprendizaje. El fenómeno ha trascendido fronteras y su auge ha llamado la atención de miles de comunidades, especialmente de la médica, que después de intensos estudios ha determinado que aquellos que se comunican a través de la danza viven muchos años más que los que hablan a través de la lengua. Menos veneno, aseguran los especialistas.

10 comentarios:

David Moreno dijo...

Veremos hasta cuando, al final no es problema del lenguaje usado, sino de la esencia humana y "viperina".

Un saludo indio

Verónica Calvo dijo...

Hermoso relato cargado de verdad.
Quien expresa desde otro lugar además, es sabio.

Un abrazo.

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

Una maravilla.

Me encantó, lectura rápida y final contundente.

Pablo Gonz dijo...

Creo que la danza es la forma más antigua de expresión artística: una que garantiza la sinceridad porque los cuerpos no mienten.
Abrazos,
PABLO GONZ

Víctor dijo...

Comunicarse con la danza, como las abejas. Suerte que yo puedo hablar, porque con lo mal que bailo sería como llenar un texto con faltas. No me entendería nadie.

Un abrazo internacional, Esteban.

Angela María dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Angela María dijo...

Es Precioso, muchas gracias me encanta!
Un honor ser parte del cuento.
Gracias por siempre brindarnos estos escapes de la realidad son fantasticos!

Besos.

Héctor Ugalde dijo...

¡Una maravilla de cuento sobre el lenguaje corporal! :]
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]

Esteban Dublín dijo...

NC, nuestra lengua puede hacer lo que nuestro cuerpo no hace. Y viceversa.

Ananda, el cuerpo puede decir mucho más que las palabras. Un beso.

Daniel, muchas gracias. Abrazos.

Pablo, tú bien lo has dicho. Con el cuerpo no se puede mentir.

Esteban Dublín dijo...

Víctor, ¿acaso crees que soy un trompo? Un abrazo.

Angelita, gracias a ti por estar pendiente de los cuentitos de la forma en que lo haces. Un abrazo enorme. Te quiero mucho.

Héctor, qué bueno verte en este espacio. Bienvenido de vuelta cuando quieras.