lunes, 22 de marzo de 2010

Segunda vuelta

Con sed de revancha, la liebre retó a la tortuga a una nueva carrera. Al principio le pareció una propuesta justa, pero después de meditarlo mejor, Esopo se negó.

16 comentarios:

josé manuel ortiz soto dijo...

Esteban: tal vez Esopo debió aceptar la revancha, quizás el resultado hubiese sido diferente; los tiempos cambian.

Alís dijo...

Comprendo el temor de Esopo. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas...
Un saludo

David Moreno dijo...

Es malo vivir con sed de venganza, ¿o no?
Bueno, no sé.

Un saludo indio

Isabel Mª dijo...

Sí, los tiempos cambian, las moralejas han mudado, algunas para mal como ésta, ganan muchas más veces las liebres que las tortugas, incorporaron el lema de el fin justifica los medios. Otras para bien, en la que la lechera cumple todos sus sueños sin rompérsele el cántaro. El cuervo no suelta el queso y los ratones debilitados por el hambre no quitan es pinas a los eleones que le oprimen. ¿Escribimos nuevas fábulas?

Un beso, Esteban, me ha gustado mucho ese final inteligentemente abierto a la interpretación de cada uno.

Víctor dijo...

Quizás Aquiles quiera retar a su vez a la tortuga, ¿no? Por eso la liebre debe esperar.

Un abrazo.

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

no me seducen tanto los microrrelatos con referencias a otros contextos porque partes de la idea de que el lector conocerá esa referencia y creo que el género debe masificarse para tener futuro, es decir, que sea accesible a todos, sea cual sea su nivel cultural.

De todos modos, y ya he visto que eres asiduo a este tipo de microrrelatos, creo que lo haces siempre con perfección y mucho cuidado.

A parte de mi opinión sobre este tipo de microrrelatos, lo demás es perfecto.
8.5

Verónica Calvo dijo...

Qué mal perder tuvo la liebre y que poca capacidad de aprender humildad!!!

Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Me gustó mucho Esteban! Casi me pareció, por un momento, estar leyendo a Monterroso. Un abrazo

Esteban Dublín dijo...

José Manuel, quizá Esopo no aceptó porque era la misma tortuga.

Alís, y tal vez porque no quería darse el lujo de perder.

NC, no lo llamaría venganza, más bien revancha, y a mí me parece que es bueno tener una de vez en cuando.

Isabel, creo que es momento de escribir nuevas fábulas. Unas más pertinentes a nuestros tiempos. Como bien dices, es un final abierto a la interpretación del lector. Un beso.

Esteban Dublín dijo...

Víctor, pones de referencia un extraordinario cuento de Monterroso que después usó Borges en un concienzudo ensayo. La fábula da para tanto... Un abrazo grande.

Daniel, yo también prefiero los microrrelatos sin intertextualidad, pero tu interpretación en todo caso es discutible, ya que generalmente uso referencias que lectores juiciosos deberían conocer de antemano. Como bien diría Víctor Cinca, poco lector.

Ananda, la liebre quiso revancha, pero Esopo, la tortuga, se negó. Besos.

Martín, no exageres, mi amigo. Me falta mucho para llegar hasta allá. Un abrazo.

El Griego dijo...

Una meta lectura: Esto desmiente eso que dicen algunos escritores, esa suerte de "mística", cuando nos hacen creer que no tienen idea de lo que sus personajes harán, como si tuvieran una voluntad ajena a la del que escribe. En fin. Coincido con Alís, Esopo no permitió que el ansia de revancha de la liebre malograra una fábula que todos aprendimos a querer. (Lo que no quita que Esteban tome partido de la negativa de Esopo, claro)

Salut!

Esteban Dublín dijo...

Griego, interesante análisis con respecto al misticismo de los personajes que crean los autores. Espero que sigas volviendo.

María Isabel Gómez Castillo dijo...

Interesante fondo.

Esteban Dublín dijo...

Qué bueno que lo pillaste, Isabel.

Anónimo dijo...

Muy bueno. Breve, intertextual, abierto, reivindicativo, distinto.
Te he asociado a mi blog

Esteban Dublín dijo...

Gracias, Elena. Me alegra que te guste.